El valle de Esteribar, vertebrado por el río Arga, ofrece un sin fin de tesoros naturales en sus 140km2, con grandes contrastes entre la parte norte, media y sur del valle. Al norte los hayedos de Quinto Real y conforme vamos hacia el sur el paisaje va cambiando con bosques de ribera, pinares, peñas de alto valor paisajístico, miradores naturales y siempre presente el río Arga.
Igualmente, el contraste que se ocasiona en el transcurso de las diferentes estaciones del año, sorprende al visitante con diferente paisaje y abanico de colores, según el momento del año en que se visite.
Con la llegada del otoño, los colores rojizos y ocres inundan el paisaje. Poco a poco los árboles irán perdiendo las hojas, proporcionando una alfombra rojiza, como si quisieran ocultar los hongos y setas que explotan en los primeros días de otoño, antes de que llegue el frío. Podemos encontrar castañas y otros frutos de otoño, como patxacas, patxaranes y nísperos silvestres. El otoño es un momento propicio para poder escuchar la berrea de los ciervos, cuando se envuelve su llamada de cortejo con el cantar de los pájaros, fundiendo lo sonidos naturales como si de una orquesta se tratara. Es la pasa de la paloma y de otras aves migratorias, que procedentes del norte de Europa se dirigen hacia el sur para pasar el invierno.
En invierno, el paisaje se muestra desnudo, las hayas, robles, castaños, avellanos y el resto de árboles de hoja caduca han perdido sus hojas. Las coníferas, encinas y carrascas mantienen su color verde. La nieve puede llegar en cualquier momento, cubriéndolo todo con un manto blanco. Muchos de los animales del bosque están invernando, protegidos del frío invierno en sus cobijos y madrigueras. Otros, como los ciervos, corzos, gamos y jabalíes tendrán mejor o peor suerte según la crudeza del invierno.
La primavera trae consigo los frescos e intensos tonos verdes al paisaje y el despertar de los sonidos más alegres de los bosques. Parece que la vida ha vuelto a renacer. El manto boscoso vuelve a engalanarse, al igual que las flores silvestres inundan los campos y los días se alargan dando paso al verano, estación que nos proporcionará diferentes sensaciones en la visita, pudiendo encontrar frutos silvestres como fresas, moras y arándanos, mientras escuchamos el murmullo del Arga y sus múltiples regatas así como el canto del ruiseñor, lavanderas, y el sonido de los pica troncos.
Al norte, el bosque de Quinto Real ofrece infinidad de senderos dentro de su hayedo, donde poder disfrutar de los baños de bosque en todas las estaciones. Otros paseos por los múltiples caminos y senderos existentes en el Valle no dejarán indiferente al visitante.
El valle de Esteribar está comunicado con Pamplona, a pié o en bici, por el parque fluvial del Arga de Mancomunidad de la Comarca de Pamplona. Desde el pueblo de Irotz.
No podemos terminar sin mencionar El Camino de Santiago a su paso por Esteribar, que atraviesa parajes y pueblos en un tramo que permite disfrutar de la historia y del paisaje de la zona media y sur del Valle.
Aconsejamos contactar con la oficina de turismo, sita en el polideportivo, para poder ampliar toda la información a disposición del visitante.